Criar niños sola
¿Necesitan
tus hijos varones la presencia de un padre en casa para desarrollar su
masculinidad? ¿Será esa afirmación sólo uno más de los muchos tabúes que nos
rodean?
Por:
Ana Alicia De Jesús
Hace un tiempo, periódicos y agencias de prensa en todo el mundo
se hacían eco de la nota titulada: “¿Necesitan padre los niños?: No, dice
psicóloga estadounidense”. Dicha nota, publicada por EFE, se refería a un
estudio realizado por la psicóloga norteamericana Peggy Drexler, cuyas
conclusiones plasmó en su libro “Raising Boys Without Men” (Criar niños sin
hombres), que este mes saldrá publicado en edición de bolsillo, tras el éxito y
polémica de la versión de tapa dura.
Por
supuesto que, al igual que el libro, la nota levantó una gran controversia y el
título tuvo quizá mucho que ver. Y es que la doctora asegura que, a diferencia
de la creencia popular, la moralidad y masculinidad de un niño pueden
cultivarse sin necesidad de que un padre conviva con él. Datos que se desligan
de la investigación que ha realizado en los últimos 10 años.
“En
mi estudio, realizado con hijos de familias con dos madres lesbianas o criados
por una madre soltera, comparándolos con niños criados en familias con papá y
mamá, encontré que esos niños criados sin su papá pueden estar bien”, nos dijo
la doctora, quien insiste en que criar niños emocionalmente sanos y masculinos
no requiere de un hombre en la casa.
Teorías
tradicionales sobre desarrollo infantil aseguran que las madres que crían a sus
niños sin la presencia de un padre activo en el hogar y las que son muy
apegadas o acaparadoras con sus pequeños, eventualmente los convierten en
“niños de mamá” o coartan de alguna manera su masculinidad. Sin embargo, Drexler
piensa que esa conexión emocional profunda entre las madres y sus hijos ha sido
mal vista por demasiado tiempo. “Creo que el verdadero problema está en las
nociones tan arraigadas de que la capacidad como madre de una mujer sola es
deficiente, inadecuada y defectuosa. Los datos de las ciencias sociales
muestran que el estatus socioeconómico es un pronosticador más fuerte que casi
cualquier otro indicador del bienestar de un niño. No el estatus matrimonial,
no el número de padres en la casa o su género”.
¿Qué
es “lo normal” hoy?
Drexler
decidió realizar este estudio movida por las estadísticas que dicen que en los
Estados Unidos uno de cada dos matrimonios terminará en divorcio. Importantes
censos aseguran que las familias encabezadas por madres solteras aumentaron de
3 millones en 1970 a 10 millones en el 2003 en ese país y que alrededor del 40
por ciento de los bebés que nacen allí son de madres solteras. También revela
que al menos otras 100 mil familias son encabezadas por dos “madres” gay y que
las familias formadas por parejas casadas y con hijos representan menos del 25
por ciento. Toda esa información impulsó a esta psicóloga, a pesar de estar
casada hace muchos años y ser madre de dos hijos, que decidió averiguar cómo
les iba a estas madres y a sus hijos.
“Criar
hijos solos puede ser difícil para cualquier padre o madre, pero hay una
preocupación especial por las madres de varones que son solteras o divorciadas”,
explica Drexler, también profesora de psicología en la Cornell
University (Nueva York), y continúa: “Después de todo, ¿no necesitan
los niños un hombre en la casa para enseñarles a ser hombres capaces
y fuertes? ¿Es eso cierto cuando cada vez más mujeres se anzan
de todos modos y crían sus hijos solas?”. Su respuesta es “no”.
Su posición puede resumirse en que la moral y la masculinidad de un chico pueden ser cultivadas sin un papá en casa, aunque reconoce que esa afirmación es un reto para las nociones vigentes sobre el ambiente ideal para la crianza de los niños. Sin embargo, ella sostiene su postura diciendo que esas madres, solteras, divorciadas o gays, que crían a sus hijos sin la presencia de un padre en el hogar llevan innato ese “poder maternal” que es más que suficiente para criar niños felices y sanos.
Su posición puede resumirse en que la moral y la masculinidad de un chico pueden ser cultivadas sin un papá en casa, aunque reconoce que esa afirmación es un reto para las nociones vigentes sobre el ambiente ideal para la crianza de los niños. Sin embargo, ella sostiene su postura diciendo que esas madres, solteras, divorciadas o gays, que crían a sus hijos sin la presencia de un padre en el hogar llevan innato ese “poder maternal” que es más que suficiente para criar niños felices y sanos.
“Además,
he llegado a la conclusión de que esos chicos criados por sus madres
son parte de un nuevo movimiento social, uno que está produciendo
niños que prometen convertirse en hombres buenos, e incluso,
excepcionales”.
Otra
postura
La psicóloga dominicana Xiomara Rosario, directora del Centro Cristiano de Asesoramiento Familiar (CECAF), no está del todo de acuerdo con la posición de la doctora Drexler, y explica que “éste es un tema de debate, no hay una sola posición al respecto”. Para ella, la presencia de la figura paterna o de un modelo masculino adecuado en la vida de un niño es importante para el mejor desarrollo de su masculinidad y para su salud emocional. “Es importante que ese niño tenga un modelo masculino estable y permanente cerca”, dice, y aclara que ese modelo puede ser un tío, un abuelo o un allegado. Lo importante es que esté presente y que esa sea una presencia estable en su vida.
Sin
embargo, no es que piense que los hijos criados en un hogar sin padre
estén destinados a convertirse en individuos disfuncionales. “El Papel
del padre en el desarrollo de la masculinidad de los niños no debe dealizarse,
pero tampoco anularse, porque sí juega un rol”, asegura.
El
estudio
Peggy
Drexler nos dijo que gracias a su estudio, descubrió que:
-
Los niños criados en familias de madres solteras o de dos madres gay están
creciendo más fuertes emocionalmente, más empáticos y con una mentalidad más
independiente que otros niños de las tradicionales familias con padre y madre.
-
Mientras más en contacto con sus sentimientos están, estos niños resultan más
masculinos en todos los sentidos definidos por nuestra cultura.
-
Los chicos tienen una habilidad innata de convertirse en hombres y buscar
modelos masculinos aún cuando no haya una figura paternal en casa, capacidad
que una buena crianza, ya sea dada por hombres o mujeres, puede cultivar en
ellos.
-
El ser bueno como padre o madre no tiene que ver con el género. Una buena madre
puede cambiar pañales y también enseñar fútbol.
Hablan
las madres
Nancy
Pérez es madre de un joven de 19 años. Se separó del padre de Gabriel cuando él
aún era pequeñito y se ocupó de su crianza prácticamente sola. Cuando el niño
estaba entrando en la adolescencia se volvió a casar.
“No
creo que la presencia del padre sea determinante para la masculinidad de un
niño, además de que pienso que los niños tienen patrones masculinos en otros
lugares y no sólo en la casa”, dijo. Sin embargo, sí considera que el padre, o
una figura paterna en la casa es importante para la crianza y la formación de los
niños, “especialmente en la adolescencia, que es una etapa en que los varones,
sobre todo, necesitan disciplina y los padres son importantes para eso”,
explicó. “Para mí hubiese sido muy difícil controlar a Gaby sin la presencia de
Danilo (su actual esposo), que me ayudaba y era quien tenía la mano dura”. Pero
en cuanto a la afirmación de la psicóloga, Nancy está convencida de que una
madre sola puede criar perfectamente a un niño “sano, masculino y normal”.
Glennys
Álvarez, psicóloga y periodista es madre divorciada con un niño de 10 años y
dice estar completamente de acuerdo con la afirmación de la doctora Drexler.
“La masculinidad de un niño no depende de que sea criado con un padre o no,
sino de la genética y el nivel de testosterona que tenga en el cuerpo”, nos
dijo con gran convicción y explicó que si eso dependiera de la presencia de una
figura paterna, sería enorme el número de niños afeminados que tendríamos,
debido a que cada vez son más los casos de madres solteras que se ocupan de la
crianza de sus hijos. “No creo que la figura paterna en casa tenga que ver, y
lo mismo con las niñas. Las niñas no se crían menos coquetas o menos femeninas
porque sean criadas sólo por el padre”.
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